Los vehículos eléctricos están ayudando a construir un futuro más limpio, y energéticamente más eficiente.
Como consecuencia de la durabilidad del cobre, su maleabilidad, fiabilidad y la conductividad eléctrica superior, su uso para aumentar el rendimiento y la eficiencia de componentes eléctricos está muy extendido. No es ninguna sorpresa que el cobre se utilice abundantemente en vehículos eléctricos.
El auge de los vehículos eléctricos aumentará significativamente la demanda de minerales en las próximas décadas, incluyendo cobre, níquel y cobalto.
El mundo necesitará 2 millones de toneladas (Mt) adicionales de cobre por año debido a la tendencia de la economía global hacia la eficiencia energética y el incremento previsto en la demanda de vehículos eléctricos.
Para el año 2030, se estima que el mercado de vehículos eléctricos representará cerca del 30% del total de ventas al año, con cerca de 26 millones de unidades frente a los actuales 2 millones.
El creciente número de vehículos eléctricos tendrá un gran efecto sobre el precio y los volúmenes de cobre, níquel y cobalto, aun considerando las estimaciones más conservadoras sobre el crecimiento de éste segmento de transporte, cercano al 20% en producción futura.
Los vehículos eléctricos demandarán 2Mt adicionales al año de cobre, 1,2Mt/a adicionales de níquel, y 260.000t/a extras de cobalto.
Una batería promedio de un vehículo eléctrico requiere 50-75kg de cobre, 40-50kg de níquel y 5-15kg de cobalto. Estos minerales, junto con el manganeso, se beneficiarán de una mayor demanda de vehículos eléctricos.
Se espera que la demanda de cobre por vehículos eléctricos aumente 1.700 kilotones para 2027.
Más vehículos eléctricos significa más uso de cobre, mostrando un futuro muy positivo para la industria del cobre con un rápido crecimiento, para la tecnología sostenible.
Fuente: Think Copper y Rethink Transportation 2020-20230.